El barça empezó el partido muy muy frío. Tanto que perdía en el minuto 1, con un regalo de Valdés, que se metio el balón el solito. Pero a partir de ahí el equipo azulgrana empezó a hacer su juego, un poco atropellado y con algo de ansiedad al principio, pues el miedo de un contragolpe y ponerse 2-0 abajo para caer a las primeras de cambio, estaba en el gélido ambiente. El Dinamo se limitó a esperar una contra y a dar patadas, muchas y feas patadas que el árbitro permitió, hasta el punto de amonestar a Xavi en la primera que dió.
Ya son 44 años
Hace 5 meses